La implementación de proyectos estratégicos en una organización es un desafío complejo que requiere una planificación y ejecución meticulosas. Sin embargo, a menudo se descuida un aspecto fundamental: la cultura organizacional. Entender y respetar la cultura de una empresa es crucial para el éxito de cualquier emprendimiento, ya que influye en la colaboración, la comunicación y la toma de decisiones entre las personas.
Pasar por alto la importancia de la cultura puede generar conflictos, falta de compromiso y obstáculos en el avance y los resultados. Por ello, es esencial comprender las creencias y comportamientos compartidos en la organización para adaptar la estrategia de la iniciativa a las necesidades y prioridades de los equipos. “Cada empresa tiene su propia forma de operar, sus procesos y estructuras, y entender estos elementos resulta crucial para diseñar una iniciativa que se ajuste a la realidad de la organización. Esto implica investigar y comprender los valores, las normas y los objetivos, así como identificar los factores que pueden influir en la implementación, como la jerarquía, la comunicación y las políticas internas”, asegura Luciana Macaro, co-fundadora de PLMC.
Por tanto, comprender y respetar la cultura organizacional ayuda a anticipar y manejar desafíos y dificultades potenciales. Los cambios, especialmente los estratégicos, a menudo generan resistencia en las personas. “Al tener en cuenta la cultura de la empresa, los líderes pueden prever obstáculos y desarrollar estrategias para superarlos. Además de alinear el proyecto a los valores y creencias compartidas, esto implica involucrar a las partes interesadas pertinentes desde las etapas iniciales, comunicarse eficazmente y asegurarse de que todos comprendan los beneficios y el propósito de la iniciativa. De este modo, se puede reducir la resistencia y aumentar las posibilidades de éxito”, asegura Marcela Macaro, también co-fundadora de PLMC.
Además, respetar la cultura organizacional implica reconocer y valorar las habilidades y talentos presentes en la organización. Cada cultura tiene su manera de trabajar y colaborar, y es esencial aprovechar estas particularidades para maximizar los resultados.”Al respetar la cultura, se fomenta un entorno de confianza y colaboración, lo que facilita la participación y el compromiso de los miembros del equipo. Asimismo, al reconocer y valorar las contribuciones de los empleados, se promueve un sentido de pertenencia y se refuerza la motivación individual y colectiva, concluye Luciana.